viernes, 5 de agosto de 2011

Mañana después del anochecer.

Con los pies mojados,
aquí en algún lugar del globo terráqueo,
existiendo porque respiro,
muriendo en silencio,
oxidando mis neuronas para no caer en la tentación,
en la tentación de olvidarte,
porque no me complace esa idea,
aquí donde me ves,
esperando una resolución a este caso deseperado,
¿dondé guardan los sentimientos los que olvidan?
¿su conciencia no les pesa?
¿su olvido no duele?
¿no agrieta?
¿no rompe?
¿no congela todo su ser?
demasiadas preguntas para ser contestadas,
para ser solucionadas,
dime, ¿qué hay después del olvido?
después de lo que hemos vivido,
fingido,
a todo lo sobrevivido,
aprendido,
y así tantas cosas, ¿verdad?
si te digo la verdad hoy no te olvidaré,
pero, ¿y mañana?
el destino según me han dicho,
no juega limpio.



P.D.: Un silbido a lo lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario