martes, 3 de enero de 2012

El sueño irreal.

Su epitafio distante,
recuerda ella su amor de juventud,
aventuras que dejaron huella,
fugaces besos inexistentes,
que le dejaron los más tiernos recuerdos,
dulce de limón y naranja,
cartas guardadas bajo llave,
el combustible de un amor sin fecha de caducidad.
Su temprana muerte la hizo caer,
agonizar y pensar,
pasará a formar parte de su pasado,
ahora muerto,
ella lanza una rosa blanca,
de lo que pudo haber sido,
de su epitafio distante.

De segunda mano.

Quizás destruí el sentido,
mi sentido,
no pediré disculpas,
hablaré de la posibilidas de caer y no levantarme,
volverme amnésica y no recordar ninguna de las caras que han pasado por esta historia,
escuchar sentada y fingir que lo que dicen guarda razón,
ser un trozo metal,
frío y gélido, inerte,
acertar en mi última decisión,
sin pedir perdón.

lunes, 2 de enero de 2012

Cerradura disolvente.

Entre tanto tú seguirás ahí,
fantasmal vagabundo,
entre el alcohol y mis venas,
apagado en el cenicero de mi perdición,
rescatado en el umbral de la poca luz que llega a mis tinieblas,
estancado como el agua de un charco,
destrozando y clavando tus estacas de escarcha,
así de gélido eres,
tácitas huellas a la salida,
resquicios de toxinas en el entorno,
tus ojos clavados frente mi espejo,
astuto asesino,
pocas palabras,
cartas sobre la lejía,
barrotes de titanio,
lejía sobre el suelo,
entre tanto tú seguirás ahí.

Claro incierto.

En la cercanía de mis ojos,
el humo de mil cigarrillos dibujan una cometa,
vuela sin ser de nadie,
surca las nubes no tiene dueño y si lo tuvo perdió conciencia de ello,
al buscar debajo del subsuelo encontarás huesos,
de un cementerio de cerezas,
encontarás la descomposición y la bella canción,
bajo metros de profundidad marina,
luces que danzan entre sombras y marineros que las acarician desde la superficie,
desaparece la cometa,
mil cigarrillos apagados,
descansan en paz.

domingo, 1 de enero de 2012