Serpientes se enrroscaron en su cuello para que no dijera: "Lo siento",
días que perdieron todo el valor que podrían haber tenido,
comprendió que la felicidad no entiende de razones,
experimentó el abandono,
dejó marchar todo y más,
se sentó en el borde de un precipicio,
el viento quería nueva acompañante,
ella ignoró su fuerza,
se dejó arrastrar.
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