domingo, 4 de septiembre de 2011

Tienen nombre mis palabras, tu nombre.

Porque sin miedo a morir
aprendí a vivir,
con tragos amargos y dulces,
con pesadilla e insomnio conviví,
felices recuerdos andan en mi vacío mental,
sinfonías sin director componen la música de mi existencia,
agua y sal, sacian mi cólera,
minerales y vitaminas cubren mi espacio,
sepultados bajo tierra quedan todos mis sentimientos,
por exigencias de esta mi película, abandoné tu corazón,
sin pensarlo caí y perdí la conciencia,
y al despertarme todo había cambiado,
la vanguardia había arrasado con esta ciudad habitable del mapa,
de poco a más fui desapareciendo,
me convertí en alguien reservado,
rozé el límite de la inteligencia artificial,
quedé sumida en miradas de ambición,
juguetes animados me adoptaron,
de ellos aprendí a expresar en mi rostro mis sentimientos,
dibujé corazones sangrantes,
tatuajes que no eran para siempre,
me paré a escuchar los problemas,
desafié a la naturaleza,
me alié con la aventura sin guía turístico,
escuche el rugir de las olas en mi tímpano,
callé a gritos en silencio,
hilé sueños con hilos de telaraña,
manché camisetas con lágrimas en vano,
aprendí a vivir en mi morir.


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