viernes, 29 de marzo de 2013

Me dijo alguien :

Sin embargo ahí estábamos, tú y yo, sentados en el filo de la cama.
Con la ropa puesta y una lámpara que hacía que hasta nuestras propias sombras nos causaran impresión.
El miedo era tan palpable que cualquier sonido incluido el de nuestra respiración nos hacía temblar, yo pensaba que por qué asuntos como este nos causaban tanto miedo, es algo natural esa es la opinión de la gente pero esa opinión es distinta cuando estás frente a esa situación.
El panorama era gracioso nos dábamos la espalda, era como si no quisiéramos vernos, como si nuestras miradas fueran dos desconocidas, como si nuestros cuerpos fueran aceite y agua.
La noche junto con el tiempo pasaban lentos, el aire se hacía cada vez más agotador.
Tú y yo y la habitación, los tres formábamos un triángulo amoroso.
Me acosté en la cama, miré fijamente al techo, empecé a recordar todas las escenas de amor que había visto en las películas, te miré, miré tu espalda, esa camiseta roja que te compraste el invierno pasado.
No sabía que pensamientos te pasaban por la mente, pensaba que podías estar pensando en guarradas y eso me hizo reír, el techo seguía inmóvil, no me escandalizaba por tus pensamientos quizás sucios, era algo natural, mi segunda opción era que pensaras en el miedo que te producía aquella situación, eso también era algo natural, algo tan natural como el techo inmóvil de tu habitación, la tercera opción era que quizás no querías hacerlo y que por eso seguías tan inmóvil como el techo, la cuarta opción era que no tenías un condón, algo natural.
En las películas había pasión, en nuestra escena tan sólo había silencio.
Te giraste y te pusiste de pie.
Te miré, tus ojos brillaban.
Seguí mirando el techo, te acercabas lentamente, mi corazón empezó con pequeñas convulsiones.
Sentía tu aliento en mi cara, de repente tus labios se acercaron a los míos, nos miramos.
Acariciaste mi mejilla, eso me recordó a una escena de una película, besaste mi cuello, tan lentamente que empecé a reírme.
Reímos.
Te besé, y por esos segundos sólo estábamos tú y yo y el mundo entero era un guisante.
Una mano en mi abdomen, una convulsión más fuerte en mi corazón.
Me miraste con ojos tímidos, te miré con ojos de miedo.
Te acostaste a mi lado.
Seguíamos con la ropa puesta.

2 comentarios:

  1. WOOOOOOOWW!Que tire la primera piedra quien no se haya al menos imaginado en una situación como esta. Tratas esa primera vez de forma muy divertida, con imágenes geniales como "Te besé, y por esos segundos sólo estábamos tú y yo y el mundo entero era un guisante","seguías tan inmóvil como el techo" o "Tú y yo y la habitación, los tres formábamos un triángulo amoroso". Estas tres son mis favoritas ^^ Me ha encantado la delicadeza, la ternura y la comicidad del momento. Y el final bueno, no sé si podría ser mejor... xDD :))

    ResponderEliminar
  2. Si el final es un poco soso, pero por lo que veo tú querías una escena de acción xDDD
    Lo del techo inmóvil pensé que quizás sería repetitivo, pero en esa situación quizás sería un buen lugar para mirar (?)
    Gracias por leer y comentar!! =)

    ResponderEliminar