lunes, 2 de enero de 2012

Cerradura disolvente.

Entre tanto tú seguirás ahí,
fantasmal vagabundo,
entre el alcohol y mis venas,
apagado en el cenicero de mi perdición,
rescatado en el umbral de la poca luz que llega a mis tinieblas,
estancado como el agua de un charco,
destrozando y clavando tus estacas de escarcha,
así de gélido eres,
tácitas huellas a la salida,
resquicios de toxinas en el entorno,
tus ojos clavados frente mi espejo,
astuto asesino,
pocas palabras,
cartas sobre la lejía,
barrotes de titanio,
lejía sobre el suelo,
entre tanto tú seguirás ahí.

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