martes, 7 de junio de 2011

A solas con su verdugo.

Esperaba que el cuchillo,
le rozase el cuello,
el cuchillo parecía inoxidable
una imagen inolvidable,
él , el mercenario más temido
era ahora un reprimido,
sentía vergüenza de si mismo,
había perdido todo su orgullo,
un joven le había desarmado,
en su época significaba ser un desterrado.
Ya nadie sentía temor por él,
todo eran burlas
y no súplicas.
Cerró los ojos, esperó su muerte,
sería rápida si tenía suerte.
El cuchillo se acercaba,
su respiración se ahogaba,
su corazón se contraía compulsivamente,
sus manos se derritían,
sus venas se contrajeron,
la sangre fluía,
más y más deprisa,
el cuchillo ya iba a rasgar.
Delante de sus ojos,
la mano del verdugo
cuchillo en mano,
la sangre brotó tan roja y fluida,
la mano soltó la cabeza
y el mercenario asintió con aspereza.


P.D.: Dentro de unos días escríbiré la continuación del relato de Sebastian.
Ya tengo 4 seguidores, gracias, jajaja!!
Espero que os guste el poema que escribí hace cinco días y que hoy he subido.

1 comentario:

  1. Fugaz, corto o semicorto pero buen poema afilado.
    Los temas de tus poemas me gustan: amor, desamor, ensoñación, sangrientos (jaja), son muy polifacéticos.
    Saludos.

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