viernes, 3 de febrero de 2012

IV

Despacio su boca roza el vaso,
con esta serán tres copas,
malos días se ciernen,
amigos que se perdieron y difuminaron en la niebla,
sus ojos intentan cerrarse,
no quieren ver el mundo,
se atraganta con sus propias lágrimas,
habla dormida,
llega la hora de irse,
de no regresar a mirar,
lo que dejó atrás,
el espejo no la mira como antes,
hasta su sombra cree haber perdido su dueña,
resguardada por las noches en bares,
rescata los recuerdos más felices,
los contempla con recelo,
los resguarda en sus fotos mentales,
donde nadie disponga de ellos,
donde permanezcan a salvo,
donde los bares no los destrozen,
los guarda donde las lágrimas se atragantan,
donde los sueños se desatan.

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